Criando con amor y respeto: Y ahí está Vico Por Mishel

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Esta historia la comparto para todos los padres que tienen dudas o miedo en la crianza de su hija o hijo intersex.

Mi historia comienza en Perú en el 2017, que es cuando quedo embarazada de Vico. Aparentemente todo iba bien con ella, en un inicio en las ecografías me decían que iba a ser una niña, pero a las 21 semanas de embarazo me dijeron que iba a ser un niño.

Yo estudié para laboratorista clínica, ya había llevado cursos de genética, donde me habían enseñado que existía lo que llamaban “hermafroditismo”, donde los bebés nacían con genitales ambiguos. Así que cuando nació Vico me di cuenta que era una niña con “hermafroditismo”. Aunque sabía que estas situaciones existían, obviamente  para mí fue una sorpresa y me pregunté: “¿Por qué me tocó a mí?”

Mi hija nació en el Hospital Sergio Bernales en Collique. Después de nacer, inmediatamente se la llevaron para mantenerla en observación y realizarle estudios. Estuvimos 5 días en el hospital y no me entregaban a mi hija, así que me aferré demasiado a la idea de que me la podían quitar, y comencé a luchar y exigir que me la entregaran. Los médicos me decían que no me la entregaban porque yo no estaba preparada para criar una niña así, que yo no sabía los “riesgos” que podría tener, así que yo me molesté y les dije que sí podía criarla, que ella solamente había nacido con genitales ambiguos, no con una enfermedad.

A los 11 días de haber nacido Vico, fuimos a la Posta, de ahí nos trasladaron al Hospital Collique y de ahí al Hospital del Niño, donde le hicieron pruebas de genética y de endocrinología. En Perú tienes solo 6 meses para registrar a tu bebé, porque después tienes que pagar una multa, según tengo entendido. Así que cuando las pruebas arrojaron que era una niña y que tenía Hiperplasia Suprarrenal Congénita no perdedora de sal, la registramos con el sexo femenino.

Actualmente, mi hija tiene 5 años y su crianza ha sido como una niña. Yo a ella la llamo Vico, y le permito elegir y jugar a juegos de “niño” y de “niña”, muy aparte de los resultados de las pruebas de genética e independientemente de prejuicios respecto a su identidad u orientación sexual.

Busqué sobre la situación de mi hija en internet y encontré Brújula Intersexual, ahí me puse a leer las historias, encontré que algunas personas decían que, aunque las pruebas de genética decían que era niña y las operaban acorde a eso… más tarde la persona se identificaba como niño. Para no tener ese tipo de problemas, lo que hice fue criar a mi hija como una niña “unisex”, que para mí significa darle libertad de jugar o vestirse como quiera.

Yo soy de las personas que piensa que aunque soy su madre y la llevé en mi vientre, no soy dueña de su cuerpo ni de sus decisiones. He decidido que cuando ella tenga la edad necesaria, elija si quiere operarse o no. Siento yo que esta es una buena elección mía como madre… porque al operarle pienso que sería como mutilar el cuerpo con el que ella nació, y mi hija no tiene ningún tipo de problema, solamente es una niña intersex.

Esta es un poquito de mi historia con Vico, quien es una niña muy amada. Ha crecido rodeada de familia y amigos, y eso hace que sea muy fuerte. Cuando ella tenía 4 años, me preguntó si solamente había niños y niñas, y yo le dije que también había niños y niñas con una estrella, a quienes Dios había mandado un poquito diferentes y especiales.

A los 5 años, Vico fue al baño con su prima y se dio cuenta que su vagina era diferente a la de ella, así que me preguntó por qué, y yo le dije: “¿Te acuerdas cuando tú me preguntaste si solamente había niños y niñas, y te dije que también había niños y niñas especiales que Dios había mandado con una estrella? Pues una de esas niñas eres tú Vico”, y ella aceptó muy bien esa respuesta, lo tomó amablemente.

Aquí en Perú, los padres de niños y niñas intersex no tenemos la ayuda necesaria, ni tenemos especialistas en psicología que estén informados en este tema y nos ayuden a entender. Quizás cuando mi hija llegue a la adolescencia sea un poco más difícil para mí, pero no imposible. Con amor, respeto y cariño hacia nuestras hijas o hijos intersex, podremos lograr que entiendan y amen el cuerpo con el que nacieron. 

Sé que permitir que nuestras hijas crezcan sin las operaciones puede ser difícil, porque los especialistas a veces te obligan a que aceptes las operaciones, como me pasó a mí. Recuerdo que una genetista del Hospital de Niño de Lima, me dijo que tenía que operar a Vico de manera obligatoria, y cuando yo me negué, su respuesta fue: “Entonces toma fotos de su historia clínica y ve a buscar otro lugar para que la atiendan”. Por esa razón, yo atiendo la salud integral de Vico con médicos particulares, para no tener trato con personas así que no respetan las decisiones de los padres. Espero realmente que esta situación cambie en el Perú, y que existan especialistas en el sector salud con quienes se pueda razonar, que tengan un enfoque de derechos humanos y de respeto, y que estas experiencias no vuelvan a ocurrirnos a nosotras ni a otras madres. La intersexualidad es parte de la diversidad.


Esto que les comparto es un breve recuento de la historia de Vico, una niña peruana de cinco años que nació con una variación intersex.

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